El homenaje de Ramallo a Leonardo Castillo

En el Anfiteatro Leonardo Castillo cantaron los hombres desde acá en una jornada memorable

Nota tomada de Lechiguanas Cultura

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El miércoles 10 de diciembre se conmemora el Día de los derechos humanos. No podía haber mejor fecha para imponer el nombre del Poeta Leonardo Castillo a un anfiteatro cuyo balcón descansa en el río Paraná.

A partir de la iniciativa de la Cátedra libre Germán Abdala, de la Universidad Nacional de La Plata y con el apoyo de la Municipalidad de Ramallo se homenajeó al Poeta ramallense Leonardo Castillo imponiendo su nombre al anfiteatro ubicado en la Plaza del Estibador. Esa plaza que otrora viera correr sudores en la estiba que hombres de Ramallo realizaban cargando bolsas de cereal hacia el viejo muelle de durmientes al río es hoy un espacio público. Y ese espacio albergó este viernes a una decena de artistas de Ramallo, San Pedro y San Nicolás más algunos amigos de Buenos Aires para cantar, recitar y leer parte de la obra del poeta.

La jornada inició pasadas las 20 horas con el descubrimiento del cartel de madera con el nombre del artista para dar paso a las palabras del intendente local, Walter Ariel Santalla y luego a los números artísticos, todos difundiendo la obra de Castillo. Abrió la jornada la propia vos de Leonardo Castillo, una luz blanca y un micrófono vació sobre el escenario, y la palabra, el poema Oración para el hombreador de bolsas, hizo emocionar a la masiva asistencia de público.

El periodista Javier Tisera leyó un fragmento de un poema del libro La Magia más vieja; luego siguió el joven Lisandro Dusso junto al grupo Baldío, el trasvasamiento generacional que trasciende y proyecta un trabajo poético que Castillo llevó al mundo en la voz de Mercedes Sosa, María Dolores Pradera, Mariquena Monti, César Isella, Hernán Figueroa Reyes, Los Andariegos, Zamba Quipildor, Los Quilla Huasi, Rolando Alarcón, entre otros.

El nicoleño Fabián Sosa, junto a Bruno Olleros y Elvio Zanazzi interpretaron El Potro Mario, canción con la que la dupla Castillo-Ritrovato ganaron el primer festival nacional de la canción, Cosquín 1971. Si un hijo quieren de mí, que cuenta con más de veinte versiones, fue la segunda canción para cerrar con Olvidadero.

Rubén Yulió leyó La danza y la luz de Cataluña, poema escritor por Castillo en su libro inédito “Canon de un extranjero”. Susana Celestino realizó una interpretación  conmovedora de “Mi amigo es un idiota”, canción de Ritro y Castillo que habla del hombre que nada contra la corriente.

Los sampedrinos Rubén Maseroni y  Oscar Magallanes se destacaron con dos canciones, una de ellas muy sinfónica, con letra de Castillo y música de Roberto Palmer, llamada La rosa es tu lanza.

Jorge Menna, Eugenio Canals, Pablo Barrutia y Norberto Alcoba cantaron a cuatro voces la “Coplas del Oficio”  un fragmento de “Un pueblo sin medallas”, precedidos por la voz de José Alonso en el poema Ese raro tronco. Luego el coro Errekatarrak perteneciente al Centro vasco de San Nicolás y dirigido por Jorge Menna cerró con una guajira: “Cuando el hombre va en camino”.

Pura emoción, pura comunión. Cantaron los hombres desde acá y la voz y la magia de Leonardo Castillo rondaron la noche, navegaron el río y el hombre volvió a su higuera, a su patio, cansado, pero entero.